Hay que subvertir sus argumentos, aquellos que aseguran que con esta crisis se abre para los poderosos una época llena de oportunidades.
Sus oportunidades para sojuzgarnos más y obtener mayores cotas de libertad y beneficio para unos pocos hemos de convertirlas en lo que son, un verdadero y auténtico fracaso democrático de los poderosos para dar un mínimo de satisfacción a las mayorías y para el gobierno de las mayorías, que está colmando nuestra paciencia y nuestra capacidad de sufrimiento.
Debemos alegrarnos de que el egoísmo, la insolidaridad, la ignorancia, la insensibilidad y la falta de ética de esta minoría que nos gobierna, se vean abocadas al fracaso porque son vicio y no virtud y aunque de momento sus consecuencias las estemos pagando nosotros quizás no muy tarde vayan aumentado nuestras oportunidades las de la mayoría y estemos mucho más cerca de inclinar la balanza de nuestro lado.
Seremos Solidarios si unimos nuestras solidaridades en la defensa de intereses comunes.
Seremos Generosos si nos desprendemos de nuestros pequeños y ruines egoismos
Seremos Incorformistas si unimos nuestras incorformidades
Seremos Sabios si unimos nuestros conocimientos
Tendremos Razón si unimos nuestras razones en objetivos comunes.
Tendremos Fuerza para cambiar todo en la dirección que interesa a las mayorías si unimos nuestras fuerzas empujando en esa dirección.
Somos capaces de todo esto.
Por tanto están aumentando nuestras espectativas de solucionar nuestra situación y por ello debemos congratularnos y alegrarnos, y sobre todo porque como dice Benedetti debemos defender la alegría como un derecho.
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
Mario Benedetti
sábado, 27 de abril de 2013
Una puerta a la esperanza y la alegría
Publicado por PepitoGrillo en 15:57
Etiquetas: Alegría, Ciudadanía, Solidaridad, Unidad
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