miércoles, 2 de abril de 2014

Prietas las filas, recias marciales....

Unidad de destino en lo universal ... decían las "ordas fascistas" de Franco y que está consiguiendo después de muerto con la ayuda de los oportunistas del aperturismo que se comenzó a fraguar con anterioridad a la muerte del dictador. Al aperturismo del "sistema" lo bautizaron como espíritu del 12 de Febrero  y consistía en cambiar lo superfluo y mantener lo esencial para que nada cambiase. La profunda crísis que se abrió en los años setenta y que obligaba a la dictadura militar a un lavado de cara por presiones del capitalismo internacional primero y la entente del nazional después, para intentar la aceptación a través de una cierta homologación del sistema político español que, sin un mínimo de cambios no tenía visos de poder subsistir.

Los partícipes del "espíritu del 12 de Febrero" luego transido en la "modélica transición" se unen en torno a la mistificación de la figura de Suárez, don Adolfo, reinventándose ahora la historia, ocultando dentro de lo posible que en Diciembre de 1975 fue Ministro Secretario General del Movimiento Nazional o "partido único" Nazional-Católico  siendo presidente del partido Arias Navarro.
La inmodélica transición fue necesaria para el afianzamiento de las castas financieras enriquecidas a la sombra del franquismo y promovida por ellas pero se hace de necesidad virtud por la conveniencia de éstas, con la colaboración de otras fuerzas "democráticas" que dilapidaron en poco tiempo toda la fuerza acumulada en años de lucha, por conveniencias propias y necesidades del guión.
Suárez llegó allí a Ministro Secretario General del Movimiento Nazional tras una "extensa carrera" de vividor irredento que  comenzó en el año 1955 cuando Fernando Herrero Tejedor lo adoptó como su secretario particular siendo en 1958 cuando pasó a formar parte de la «Secretaría General del Movimiento» ascendiendo luego, en 1961, a Jefe del Gabinete Técnico del Vicesecretario General.
Tras el fracaso del planteamiento de Arias Navarro con el lastre de haber sido "carnicerito de Málaga" y Ministro de gobernación en vida del dictador, con imágen de vejestorio triste y adicto al franquismo más retrógrado, emerge la imagen moderna, juvenil, guaperas y alegre de Suárez que produce más aceptación adecuada a las técnicas de marketing nesesarias para vendernos lo que nos quieren vender. A pesar de estar todos los actores en los aspectos principales de acuerdo, hubo algunas disensiones que se cerraron en parte con la dimisión del señor Suárez.
Pues bien, nos lo vendieron, y para seguir en su papel y no reconocer el tremendo fiasco del continuismo franquista sin Franco, en el funeral de estado y los elogios a Suárez al que hicieron dimitir (sic) mostraron su más autentica unidad, entonando internamente para que no les oyéramos :
«Prietas las filas, recias marciales nuestras escuadras van....»

Sin embargo un personaje inesperado se les coló en la fiesta y les empañó el acto, el dictador Teodoro Obiang Nguema que "pasaba por allí" camino de El Instituto Cervantes en Bruselas, porque ya se sabe en las fiestas "democráticas", la dictadura del capital no debe enseñarnos nunca su patita por debajo de la puerta....

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